La rentabilidad sobre activos (ROA por sus siglas en inglés) es un ratio de eficiencia utilizado para evaluar la capacidad de generar beneficios de una empresa. Se obtiene dividiendo el beneficio neto de la empresa entre sus activos totales.
Rentabilidad sobre activos = Beneficio neto / Activos totales
El funcionamiento del ROA se basa en la idea de que, ante dos empresas que obtengan los mismos beneficios, la que tenga menos activos será más eficiente.
Pedro S.L. tiene dos cafeterías, cada una vale 50.000 y entre las dos generan 20.000€ al año.
Sin embargo, el ROA no tiene en cuenta los distintos tipos de activos y que algunos de ellos no “trabajan” para generar beneficios. Por ejemplo, dos empresas que tengan los mismos activos y generen el mismo beneficio presentarán el mismo ROA. Sin embargo, si la empresa ABC tiene dos fábricas de 100.000€ cada una y la empresa XYZ tiene una única fábrica de 100.000€ y otros 100.000€ en efectivo, en realizad la empresa XYZ es más eficiente porque el dinero en efectivo no está generando beneficios. Se podría distribuir a los accionistas y la única fábrica de XYZ seguiría siendo tan rentable como las dos de ABC. Por ello, algunos inversores utilizan el ROA con los activos que consideran operativos y descartan el efectivo, el fondo de comercio y otros.
Recuerda…
• El ROA no tiene en cuenta de qué manera están financiados los activos de la empresa.
• Algunos activos, como el efectivo, no se emplean en la explotación del negocio, por lo que pueden distorsionar el ROA y su eficacia.
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