La tasa de distribución de dividendos es una herramienta utilizada por los inversores para evaluar la idoneidad de la política de dividendos de una empresa. Se obtiene dividiendo el dividendo anual entre el beneficio por acción o BPA.
Dividendo de ABC: 0,40€
Beneficio por acción de ABC: 0,60€
Tasa de distribución: 66%
Una tasa de distribución demasiado cercana al 100% es indicativa de que el dividendo probablemente sufrirá recortes o cancelaciones si la empresa experimenta varios ejercicios adversos. En algunas ocasiones, la tasa de distribución puede ser incluso superior al 100%, lo que indica que la empresa está repartiendo más dinero a sus accionistas del que consigue ganar. Si esta situación no logra corregirse rápidamente mediante un aumento de los beneficios que haga descender la tasa de distribución por debajo del 100%, se acabará recortando el dividendo o ampliando capital, lo que haría caer el valor de la acción agresivamente a causa de la salida del valor de los inversores que lo conservasen por su rentabilidad por dividendo o a causa del efecto de la dilución.
Recuerda…
• Una tasa de distribución cercana o superior al 100% puede anticipar recortes de dividendos en el futuro próximo.
• La tasa de distribución sólo es útil para evaluar la estabilidad del dividendo pero es irrelevante a la hora de estimar el beneficio futuro de una empresa. Si el modelo de negocio de la empresa es pésimo, el BPA caerá año tras año y acabará afectando al dividendo aunque la tasa de distribución actual sea razonable.
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